Posturas más saludables

Objetivo: posturas más saludables

Todos hemos sufrido dolor de espalda alguna vez y una parte importante de estos dolores están relacionados con unos malos hábitos posturales. De ello se deduce que una educación postural desde la edad infantil y una reeducación en los adultos, serviría como medida preventiva para una mejora de nuestra calidad de vida.

La mayoría de las consultas que me realizan están derivadas de patologías de espalda sin causa determinada. Éstas son debidas a problemas posturales que se van acarreando desde la edad infantil y que dan problemas lumbares y cervicales en la adolescencia y en la etapa adulta.

De este modo, la educación postural cobra una gran importancia como medida preventiva y sería conveniente aplicar estas enseñanzas desde una edad temprana evitando que nuestros hijos cojan mucho peso a sus espaldas, que se sienten de forma conveniente a la hora de estudiar, adoptar la postura adecuada a la hora de dormir, etc. Los principales errores que cometemos en los distintos momentos del día como dormir bocabajo, levantarnos bruscamente de la cama, el modo de sentarnos frente al ordenador o cómo cargamos el peso. Estos malos hábitos pueden acarrear problemas más graves que un dolor de espalda como escoliosis o hernias discales.


Cuando alguien padece molestias a la hora de realizar cualquier movimiento articular aunque sea leve, lo aconsejable es acudir a un especialista, cuanto antes mejor, porque cuando son de reciente aparición tienen más fácil y rápida solución que cuando la persona lleva un año con la molestia y ya está adaptada de los pies a la cabeza. Entre los tratamientos que se llevan a cabo por los profesionales figuran la terapia manual u osteopatía; reeducación postural global, en la que se coloca al paciente en diferentes posturas para que vaya sintiendo su centro de gravedad y vaya trabajando la musculatura que no estaba activada para controlar la postura, y algunas otras técnicas.

Para prevenir se recomienda realizar alguna actividad física que compense los efectos del sedentarismo, además de una alimentación sana y equilibrada. Y luego, adoptar hábitos saludables como repartir el peso de la compra, utilizar las piernas para cargar el peso cuando cogemos un objeto, dormir de lado, sentarnos correctamente, mantener la espalda recta frente al ordenador, etcétera.

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